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Conmemoracion de los 150 Años de Relaciones Diplomáticas entre Perú y Japón.

Conmemoracion de los 150 Años de Relaciones Diplomáticas entre Perú y Japón.

Por: Lucas Parra Royero

Estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte, Barranquilla.

Japón se ha caracterizado por mantener relaciones diplomáticas amistosas con múltiples estados. Su política exterior de tendencia pasiva, aunque orientada a los intereses de Estados Unidos, le ha permitido fomentar ejercicios de cooperación en términos económico y culturales con una amplia parte del sistema internacional, y América Latina no es la excepción. Particularmente, Japón y Perú han forjado una relación bilateral destacada, que responde a varios acontecimientos históricos. La visita de la princesa japonesa Kako de Akishino (Akishino no miya Kako naishinnō denka ~ 秋篠宮佳子内親王殿下) el pasado noviembre de 2023, por la conmemoración de los 150 años de relaciones bilaterales entre el Perú y Japón, denota el alto grado de relevancia de esta relación para ambos países. En especial, si se considera que esta fue la segunda visita oficial de la princesa japonesa tras su aparición en 2019 en Austria y Hungría.

La migración japonesa en el Perú constituye uno de esos eventos clave para comprender el estrecho vínculo que une a estos dos países, y que se ve reflejado en diversas esferas de la sociedad peruana, como la política, la gastronomía, el sector comercial, entre otros. La inmigración japonesa en el Perú se remonta a finales del siglo XIX, cuando por primera vez en 1899 una embarcación titulada Sakura Maru arribó a los puertos de Callao y Cerro Azul, ciudades vecinas de la capital limeña. El navío poseía unos 790 inmigrantes japoneses para suplir la carente mano de obra en cultivos azucarados de la región. Posteriormente, en 1923 cuando los contratos de hacienda dejan de ser un requisito, un gran número de japoneses decidieron emigrar hacia el Perú en busca de nuevas oportunidades laborales. Se calcula que actualmente el Perú alberga más de 200.000 descendientes de japoneses, siendo esta la segunda colonia más extensa después de Brasil (Pazos Fonseca, 2023).

Es pertinente señalar que el establecimiento de relaciones diplomáticas y un proceso migratorio no tienen necesariamente el mismo significado.Es pertinente señalar que el establecimiento de relaciones diplomáticas y un proceso migratorio no tienen necesariamente el mismo significado.  Los temas migratorios se perciben como procesos sociológicos que afianzaron en gran medida la próspera relación entre ambos países (El Peruano, 2023), pero un pacto migratorio no determina automáticamente el inicio de un vínculo amistoso entre dos estados. De acuerdo con Morey (1992), el primer acercamiento entre estos Estados se registra en 1873 con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, el cual tenía como objetivo formalizar las relaciones diplomáticas y promover el intercambio comercial, aprovechando la posición geoestratégica cercana al océano Pacífico; siendo Perú el primer país de América Latina en interactuar oficialmente con el Sol Naciente.

El dinamismo observado para la década de 1930 marca el primer auge para el comercio peruano japones, tanto así que el flujo de exportaciones se incrementó a niveles exponenciales no vistos antes. De acuerdo con los informes del Banco Central de Reserva del Perú (1985), las cifras de exportaciones experimentaban un notorio acenso con porcentajes del 8% en 1940 y 17% del total en 1941. Asimismo, las importaciones en el sector textil y la urgente demanda de algodón en Perú atestiguan que la cooperación comercial bilateral afianzaba el inicio de lazos diplomáticos.

Sim embargo, este entendimiento no ha estado exento de retrocesos ni tensiones. En ocasiones muy puntuales las relaciones bilaterales se han visto permeadas principalmente por crisis de conflictos bélicos internacionales. El trágico incidente de la Segunda Guerra Mundial en conjunto con la influencia de los Estados Unidos, son puntos focales que responden al desequilibrio de la armónica relación que gozaban Perú y Japón en aquella época. Según Naupari Robledo (2011), alrededor de 1700 japoneses regulados fueron expulsados del estado andino hacia campos de concentración estadounidenses. La alta sospecha de una posible inclusión de milicias nacionalistas japonesas, alineados a los intereses de las potencias ejes, suponían un enorme riesgo en materia de seguridad no solo para la región latinoamericana, sino también para el conflicto aún vigente. En consecuencia, Estados Unidos, en alianza con el gobierno peruano, autorizaron la expulsión forzosa de los ciudadanos japoneses concentrados en Lima y Trujillo.

No es hasta la década de 1950 que se reanudan las interacciones, y paulatinamente se logra reestablecer aquella confianza que había entrado en declive. Para inicios de la década de 1960, uno de los hitos que impactó masivamente el ámbito económico, fueron las nuevas multinacionales, como la automotriz Toyota Motor Corporation que se radicó en 1965 (Obregón Corbella y Condor Sotil, 2019; Osterloh y Aquino, 2023). Otros mercados fueron de igual manera conquistados por Panasonic para el 1963 y la compañía Ajinomoto en 1968. La extracción de materias primas y el petróleo estuvieron al mando de industrias como Mitsubishi y Mitsui en la década de 1960. Es un hecho que las compañías niponas mantenían un estricto seguimiento no solo del evidente crecimiento económico, sino también de las numerosas comunidades nikkeis que estaban asentadas en la región latinoamericana. Para explicar la correlación de estas dos variables, el sol naciente ha sido por excelencia una sociedad tradicionalmente colectivista (Hofstede, 2011; Takano y Osaka, 2018). La interdependencia explica la sagrada simbología que reflejan los clanes dentro de Japón, priorizando lo común sobre lo individual.

Sumado a ello, no conforme con la conmensurable presencia japonesa en Perú, el Gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), promoviendo la economía de libre mercado, ejecutó una serie de reformas económicas que incluyó la reducción de los aranceles a las importaciones (Rojas, 1994). Consecuentemente, el prestigio del comercio exterior peruano conformó un aliado estratégico para los nipones. Según el MINCETUR (2022), el 95 % de las exportaciones se resumen en estos insumos: minerales como el cobre y el hierro, harinas, aceite de pescado, y el negocio de la gasolina y gas natural. A partir de lo anterior, en ese mismo año 2022, las exportaciones peruanas a Japón agruparon un monto de 3099 millones de dólares y las importaciones 993 millones de dólares. Por otra parte, lo que exporta Japón hacia el Perú son automóviles y maquinaria industrial, y en general, tecnología de punta. Resultando así Japón como el tercer mayor destino de las exportaciones de Perú, y el cuarto mayor socio comercial. Pero, a pesar de ser cifras prometedoras, cada vez se importa menos de Japón. Los valores comprendidos entre 2010-2022 sugieren un declive en las importaciones a razón de un conjunto de reconfiguraciones en el mercado internacional o el resurgimiento de potencias como la China.

En conclusión, asimilar el vínculo de amistad entre Perú y Japón requiere revisar el sólido andamiaje institucional construido por la vía diplomática y comercial. Dentro de este ejercicio, se observó cómo a pesar de representar dos culturas sumamente disímiles, no ha sido difícil la coexistencia de ambas sociedades, ni el fortalecimiento de sus relaciones a través de tratados y acuerdos de interdependencia. Por otra parte, es importante señalar que la confianza icónica que gozan estos estados no posee un origen inmediato ni tampoco es carente de principios fundamentados en doctrinas neoidealistas, siendo Perú y Japón actores dispuestos a fomentar la cooperación internacional.

Los numerosos avances positivos son resultado de su amistosa relación, pero también las tensiones sufridas en el pasado han atenuado en ciertos periodos las labores de integración. Por fortuna, se han superado rápidamente mediante el diálogo diplomático, por lo que no han sufrido retrocesos severos. En cuanto a la situación económica actual de ambos estados, si bien China toma cada vez más poder en los mercados internacionales, las predicciones apuntan a que los acuerdos comerciales entre Perú y Japón se mantendrán, aunque con una posibilidad de que esta reducción sea más significativa a razón de las grandes potencias de manufactura. Finalmente, la migración japonesa, la evidente oferta minera y la demanda automotriz del estado andino supuso una mirada prometedora para varios inversionistas nipones que situaron capitales milenarios en Perú, permitiendo así la vigencia contemporánea de esta amigable relación diplomática peruano-japonesa.

 

Referencias.

Banco Central de Reserva del Perú. (1985). Memoria 1985. https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Memoria/Memoria-BCRP-1985.pdf

Hofstede, G. (2011). Dimensionalizing Cultures: The Hofstede Model in Context. Online Readings in Psychology and Culture, 2(1). https://doi.org/10.9707/2307-0919.1014

Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR). (2022). Reporte Mensual de Comercio.https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/4090459/RMC%20Diciembre%202022.pdf?v=1675959528

Morey, D. M. (1992). Reflexiones sobre la propuesta peruana a Ecuador sobre el Tratado de Comercio y Navegación. REVISTAS PUCP, 5, (45-46). https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/117270

Naupari Robledo, J. L. (2013). La persecución a la colectividad japonesa en el Perú 1941-1945. [Tesis de grado]. Pontifica Universidad Católica de Perú. https://alicia.concytec.gob.pe/vufind/Record/PUCP_b05af95932caa77d99aa4edacd11b16a/Details

Obregón Corbella, A. y Condor Sotil, T. (2019). Atributos que influyen en la decisión de compra de autos híbridos de la marca Toyota y Hyundai en comparación a adquirir autos convencionales en la zona. [Tesis de grado]. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) https://repositorioacademico.upc.edu.pe/handle/10757/626650

Osterloh, M., y Aquino, C. (2023). Relaciones comerciales entre Perú y Japón: breve reseña histórica y situación actual. Política Internacional, 134, 220–239. https://revista.adp.edu.pe/index.php/RPI/article/view/102

Pazos Fonseca, A. (2023). La inmigración japonesa en el Perú y las relaciones, proyectos de cooperación internacional y la amistad entre Perú y Japón en el marco de los 120 años de amistad Perú – Japón. [Tesis de grado]. Universidad San Ignacio de Loyola. https://repositorio.usil.edu.pe/entities/publication/e143709e-689e-4281-aacf-c69a9a39b656

Princesa Kako de Japón realizará visita oficial al Perú. (2023, Octubre 31)Andina Agencia Noticiera, Peru, NA. https://andina.pe/agencia/noticia-princesa-kako-japon-parte-hacia-peru-para-realizar-visita-oficial-961217.aspx

Rojas, J. (1994). La reforma del sistema financiero peruano, 1990-1995. Economia, 17(33-34), 149-198. https://doi.org/10.18800/economia.199401.006

Takano, Y., y Osaka, E. (2018). Comparing Japan and the United States on individualism/collectivism: A follow‐up review. Asian Journal Of Social Psychology, 21(4), 301-316. https://doi.org/10.1111/ajsp.12322

 

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