Mujeres, revolución y pan
Mujeres, revolución y pan
Por: Sofia Sánchez Castro
Universidad del Norte
“...Comrades, there is no true social revolution without the liberation of women. May my eyes never see, and my feet never take me to a society where half the people are held in silence. I hear the roar of women’s silence. I sense the rumble of their storm and feel the fury of their revolt”.
Thomas Sankara, October 4th, 1984, at the UN General Assembly.
Un factor en común de las revoluciones sociales en la historia es la frecuente exclusión de las narrativas de las mujeres y la falta de reconocimiento a su contribución dentro de las dinámicas de disrupción política y social. La Comuna de París de 1871, la primera revolución erigida desde los cimientos del hartazgo del proletariado y la divulgación de ideas marxistas se llevó a cabo gracias a las mujeres obreras quienes, en un ejercicio rutinario, se levantaban a primeras horas de la mañana para ir a comprar pan en un escenario de guerra, alza de precios y depravación económica sufrida por la clase obrera parisina. Esta última, incluso, puede verse bajo una perspectiva diferencial de género ya que particularmente las madres solteras experimentaron mayores pérdidas (Monzó, 2019).
Asimismo, la historiadora francesa, Édith Thomas, en The Women Incendiaries (1963), un relato histórico sobre el rol de las mujeres durante dicho acontecimiento, describió la existencia de una distinción notoria dentro del mismo proletariado: las mujeres eran las más explotadas. Muchas de ellas se dedicaban al oficio de coser, lo que logró que París obtuviese su reputación internacional. Aun así, sus ganancias se traducían en un salario de hambre y solo les alcanzaba para comer pan y leche.
Las mujeres, las comuneras, las feministas socialistas que participaron activamente en la revolución terminaron siendo minimizadas a ser unas “furias locas” y ser más emocionales, acusándolas, bajo esta retórica misógina, de haber quemado París. Sin embargo, la Comuna fue la legislación más progresista y socialmente justa en su tiempo, que marcó un precedente para las futuras revoluciones socialistas (Monzó, 2019).
Otro ejemplo que refleja este vilipendio a las mujeres en contextos de transformación social y política es la Revolución Bolchevique, donde las mujeres desempeñaron un papel importante, pero este fue constantemente minimizado. En los archivos históricos, existe una fijación latente en figuras masculinas como Lenin, Trotsky, Stalin, etc., eclipsando las contribuciones de las mujeres que fueron sujetos esenciales en constituir los esfuerzos revolucionarios. De acuerdo con Stites (2021), los aportes de las primeras feministas en Rusia han sido dejados de lado en función de favorecer narrativas patriarcales que se enfocan en movimientos liderados por hombres a pesar de que ellas solidificaron las bases para alcanzar la concientización sobre los derechos de las mujeres.
Aleksandra Kolontái, por ejemplo, fue una figura que se destacó en los primeros gobiernos soviéticos y enfatizó la importancia de incluir los derechos de las mujeres en el marco de la Revolución, ya que la concesión de estos mismos resultaría en el fortalecimiento por parte de la clase obrera en oponerse a la opresión burguesa (Monzó, 2019). A pesar de que se haya menospreciado su representación en luchas sociales y políticas, es necesario reconocer que las mujeres las han impulsado y han sido protagonistas de los cambios históricos. Es decir, las revoluciones han sido desencadenadas por mujeres: en la Comuna de París, fueron mujeres obreras quienes dieron inicio a la revuelta; y en la Revolución Bolchevique, fueron ellas quienes constituyeron movimientos de base.
Del mismo modo, en América Latina se puede evidenciar su papel fundamental en dinámicas revolucionarias. En el contexto de la Revolución Cubana, las mujeres intervinieron significativamente en el Movimiento Antibatistiano, en contraposición a aquella noción que sostiene que los líderes masculinos encabezan las revueltas.
Como sostiene Chase (2015), las mujeres lograron movilizarse de manera inusitada, a menudo bajo el estandarte del maternalismo y la autoridad moral, para exigir una transformación. Esta participación no significó algo que se pudiese reducir a un simple apoyo; ellas estuvieron al frente de las protestas y los esfuerzos constituidos: no estaban allí como participantes pasivas sino como agentes imprescindibles del cambio. Todo esto desafía aquella narrativa histórica predominante que atribuye a figuras como Fidel Castro y el Che Guevara el papel de principales artífices de la revolución.
A pesar de que las mujeres tuvieron una agencia valiosa en estos procesos, los resultados de dichas revoluciones no han cumplido las promesas de igualdad y liberación para las mujeres. En el libro de Malešević, The Rise of Organised Brutality (2017), se demuestra que muchas revoluciones han servido para dar lugar a nuevas formas de opresión en vez de propiciar una auténtica transformación social, a menudo sustituyendo a un grupo dominante por otro sin tener en cuenta la existencia de una problemática de género subyacente. Esto mismo sucedió con la Revolución Cubana puesto que posterior a los avances iniciales para las mujeres, el Estado tomó una posición donde ignoró sus necesidades y demandas, especialmente de las mujeres negras y marginadas (Gronbeck-Tedesco, 2015). Lo anterior refleja una tendencia amplificada que consiste en que no necesariamente la retórica revolucionaria y la participación de las mujeres se traduce en cambios reales para ellas sino en el refuerzo de las barreras estructurales históricas que han enfrentado.
En Medio Oriente, la Primavera Árabe marcó un antes y un después para la visibilidad y la participación política de las mujeres. En Siria, el activismo convocado por mujeres no representó un fenómeno reciente sino la culminación de varias décadas organizándose y abogando por la igualdad de género (Maestri y Profanter, 2017). El boom de las redes sociales permitió a las mujeres articular sus demandas y desafiar los roles de género tradicionales, robusteciendo su agencia en contextos revolucionarios (Davis, 2016). Aun así, sus contribuciones también fueron minimizadas por las narrativas de los medios, enfocándose en el liderazgo masculino.
Con la reciente caída del régimen de Assad, surge una interrogante y es hacia dónde se dirigen las mujeres de Siria. El nuevo gobierno “de transición” de al-Sharaa, ha declarado que es prematuro considerar la participación política de las mujeres, enfatizando en una distinción física y mental que albergan las mujeres para cumplir con tareas específicas. A pesar de que Ahmed al-Sharaa presenta ahora una imagen más moderada y orientada a la construcción estatal con miras a proteger a las comunidades de Siria, este pertenece a un grupo con raíces islamistas que puede conflictuar con los valores de las mujeres y minorías, impidiéndoles la posibilidad de alcanzar participación en la esfera pública y limitando las opciones para adoptar políticas con enfoque de género.
En conclusión, las narrativas históricas ilustran el papel crítico que han jugado las mujeres en movimientos revolucionarios. Mientras que ellas fueron difamadas y marginalizadas en contextos como el de la Comuna de París y/o el de la Revolución Bolchevique, en la Revolución cubana, y la Primavera Árabe se destacan su participación activa al conseguir alcance por distintos medios con el objetivo de involucrarse en una revuelta que propicie una transformación auténtica. Sin embargo, no necesariamente la agencia de las mujeres en estos procesos de disrupción resultó en políticas o cambios reales, lo que demuestra la permanencia de los obstáculos, reforzados de manera sistemática por estructural sociales patriarcales.
Bibliografía
Chase, M. (2015) Revolution within the Revolution. [edition unavailable]. The University of North Carolina Press.
Davis, J. (2016) The Arab Spring and Arab Thaw. 1st edn. Routledge
Édith Thomas, The Women Incendiaries
Gronbeck-Tedesco, J. (2015) Cuba, the United States, and Cultures of the Transnational Left, 1930–1975. [edition unavailable]. Cambridge University Press.
Jackson, R. M. (2010) Destined for Equality. [edition unavailable]. Harvard University Press.
Maestri, E. et al. (2017) Arab Women and the Media in Changing Landscapes. [edition unavailable]. Palgrave Macmillan.
Maleševic, S. (2017) The Rise of Organised Brutality. [edition unavailable]. Cambridge University Press. A
Monzó, L. (2019) A Revolutionary Subject. 1st edn. Peter Lang Inc., International Academic Publishers.
Stites, R. (2021) The Women’s Liberation Movement in Russia. [edition unavailable]. Princeton University Press.
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